Visto esto no creí que debemos negarnos ante tan abasallante presencia creí que es importante que tomemos este avance tecnológico antes que un enemigo en un aliado para nuestro quehacer educativo, por lo que empecé a plantear algunas preguntas:
- que hacer?
- cómo transformar esto en un hecho a favor?
- quien debe hacerlo?
- a quien debe dirigirse?
- con quien trabajar sobre este aspecto?
en fin la lista continuo y comense a cuestionar sobre esta situación, encontrándome con la cruda realidad de comprender que por falta de conocimiento muchas veces nos oponemos.
Se miraba como algo improcedente el hecho de utilizar estos recursos a favor del aprendizaje.
Sin embargo aún contra corriente continué en mi búsqueda de dar utilidad a los recursos tecnológicos.
Compartí la inquietud con jóvenes estudiantes a nivel universitario, y encontré un sendero una luz de solución que pretendo poner a vuestra consideración.
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